Actualmente los padres dedican más tiempo al cuidado de las obligaciones de la escuela que antes, ejemplos muy puntuales son: velar por el ingreso a clases y que se conecten cada hora de acuerdo a las materias asignadas, adicional verificar que tengan internet, que no se duerman en la clase, que desayunen entre las pausas activas, así también el estar pendientes de lo que pide el docente cuando realizan talleres y facilitarle a su hijo las herramientas para que puedan desarrollar el trabajo escolar eficientemente, en las evaluaciones verificar que realicen bien las lecciones, fuera de las hora clase continua el trabajo para el padre de familia y quizás el más fuerte, reforzando conocimientos que los docentes transmitieron a sus estudiantes (ver videos de las clases, asesorarse con los padres de familia del grupo de WhassApp, ver videos de YouTube, etc.), así como revisar las tareas y estar pendiente que las cumpla a cabalidad, una vez realizada las tareas, tomar fotos en formato JPG o PDF y subir los archivos a la plataforma Moodle o el destinado por la institución educativa, en un tiempo récord pues las tareas se suben en algunos casos el mismo día, a diferencia de cuando son clases presenciales la tarea es presentada al día siguiente. Con esto deben de lidiar que no se vaya la electricidad, pedir prestado el internet al vecino en algunos casos, sorteando dificultades al momento de enviar las tareas.
Eso si tienen padres que están en casa, pero si NO, ¿qué sucede allí? Así podemos palpar una realidad quizás muy dura y difícil que le toca asumir a los padres de familia, si sumamos que se dedican a otro tipo de actividades (teletrabajo, quehaceres domésticos, etc.), pues en cierta medida no son ellos los destinados a realizar estas labores, antes de la pandemia el docente distribuía su tiempo entre el cuidado de los estudiantes, de su comportamiento y de su enseñanza, así como de su formación holística.
Quizás en este punto valoremos más de cierta manera la labor del docente. Aquí la pregunta es: ¿Qué hace el Estado para mejorar y hasta cierto punto paliar el esfuerzo tanto de los padres de familia (que poco le falta para salir con título de técnico en educación) como de los mismos docentes? Y para reflexionar nos preguntaremos: ¿Somos ayudantes de cátedra o padres de familia?
Psic. Dennis Jimenez Bonilla, Phd (c)
Docente Universidad Técnica de Babahoyo
Presidente de Asociación de Psicólogos de Milagro y Sectores Aledaños – APMA
Docente Investigador acreditado por la Senescyt
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