Pasar hambre, recorrer diferentes ciudades y soportar el rechazo xenofóbico de quienes tratan de hacerlos de menos, no es nada en comparación a la preocupación que, desde hace dos años aproximadamente, atormenta a Carmen Teresa Valero Avendaño.
Se trata de una joven madre de familia que a sus 33 años de edad, lo dejó todo en Mérida – Venezuela por lo que ella llama “patriotismo”. Fue policía durante 9 años y estuvo en las unidades de Criminalística y Antinarcóticos, pero las políticas que se manejan en su país, hicieron que con el grado de sargento primero desertara y tras las amenazas que afirma haber recibido, migrara con su familia a Colombia y finalmente Ecuador.
Con unas pocas prendas de vestir y sin dinero, llegó a Quito embarazada y con sus tres hijos de 9, 7 y 5 años de edad. A los diez días de haber traído al mundo a su cuarto vástago, una malformación congénita en el corazón se lo arrebató para siempre.
Una vez superada esa pérdida y en su afán de buscar mejores días, Carmen y su esposo Natael Anastacio Chávez Briones (36) llegaron a Guayaquil y se dedicaron a la venta de caramelos, chocolates, agua y otros productos por diferentes calles.
La preocupación de ellos, aparte de conseguir la alimentación para sus tres hijos, es el problema que presenta su hija María Julia en su ojo izquierdo, pues cuando nació a los 8 meses, el médico les dijo que tenía un hemangioma que desaparecería con el pasar de los años.
Sin embargo, han transcurrido cinco años y desde que llegaron a Guayaquil, el problema se ha agudizado a tal punto que la hinchazón de color verdosa en el ojo, pareciera ser producto de un golpe y eso ha sido motivo de intervenciones policiales. “Cuando la gente nos ve en las calles llaman a la Policía porque piensan que hemos golpeado a nuestra hija, pero no saben que es por ese problema de nacimiento”, dijo.
Desde que llegaron a Ecuador el 27 de septiembre del 2019, han tenido que afrontar por días difíciles, pues vivieron de cerca las protestas de octubre en Quito y luego, cuando se mudaron a Guayaquil, se enfrentaron a los días más difíciles de la pandemia. Afortunadamente, ninguno de los cinco integrantes de esta familia ha sido víctima del Covid19.
Durante toda esta travesía han recibido ayuda de quienes han mostrado solidaridad. Una de esas personas es una periodista que les ayudó, por algunos meses, con el alquiler de una habitación en un hotel cercano a la Bahía en Guayaquil y ahora que viven en Milagro, les regaló un celular para que los tres niños puedan recibir las clases virtuales en horario vespertino.
Por ello, durante las mañanas y turnando los días, recorren las calles céntricas de Milagro y Babahoyo hasta antes del mediodía en que deben regresar, a veces sin haber vendido nada, hasta la casa prestada en la que habitan en el recinto Buenos Aires en la vía Milagro – Virgen de Fátima. Ahí se conectan al internet de una vecina y acceden a las clases virtuales impartidas por los docentes de la Unidad Educativa Carlos Moreno Arias.
“Hoy por ejemplo no hemos vendido nada y tuvimos un problema con la Dinapen porque piensan que explotamos a nuestros hijos. Si tuviéramos con quién dejarlos, los dejaríamos y saliéramos mi esposo y yo a trabajar”, dijo Carmen mientras observaba a su hija María jugar en el parque Central de Milagro.
La joven madre, quien a pesar de haber tenido implantes como método anticonceptivo nuevamente está embarazada, recalca que sí ha recibido ayuda por el problema de salud de su hija. Sin embargo, está consciente que la pandemia ha hecho que muchos hospitales no estén en condiciones de darle todo lo que necesita.
Por ejemplo, con la ayuda de una periodista en Guayaquil consiguió cita en el Francisco Icaza Bustamante, pero le piden una resonancia magnética para establecer con exactitud cuál es el problema en el ojo de la niña. Lamentablemente, le han informado que por la pandemia, la casa asistencial no cuenta con los recursos como para realizar el tratamiento.
Es de ahí de donde nace el pedido de ayuda de esta madre de familia desesperada, que a veces con lo que poco que ganan vendiendo caramelos, pueden comprar almuerzos.
“Yo lo que quiero es que me ayuden con los exámenes y esa resonancia para que puedan operar a mi hija”, expresó, agregando que en las mañanas, cuando se despiertan, la hinchazón en el ojo es preocupante.
“Eso ya no va a desaparecer como me dijeron cuando nació la niña”, mencionó Carmen.
Por ahora y mientras reciben la ayuda de alguna persona o institución, Carmen y su esposo Natael continuarán recorriendo las calles, vendiendo caramelo y buscando quizás, alguna oportunidad laboral que les represente mayores ingresos. La prioridad para ellos es ya no tener que ir a la cama sin haber probado alimentos y más que todo, la salud de quien, hasta ahora, es la única princesita de la familia.
Sobre sus cuatro meses de gestación, está recibiendo atención en un subcentro de salud en la parroquia Cone, del cantón Yaguachi.
¿Qué es un hemangioma?
El hemangioma aparece en la superficie de la piel como una masa esponjosa. Un hemangioma es una marca de nacimiento de color rojo intenso que aparece al nacer o en la primera o segunda semana de vida. Parece una protuberancia gomosa y está compuesta por vasos sanguíneos adicionales en la piel.
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