La crisis por la alta demanda e incremento en el precio de aceite de soya y girasol, ha hecho que el aceite de palma sea el sustituto.
Ecuador obtiene de ese fruto el insumo que la industria utiliza para la preparación del aceite comestible, mantecas, jabones, balanceados, entre otros productos.
Para este 2022, el sector palmero tiene una proyección de 382 000 toneladas en producción. Esto equivale al 10% menos que el año anterior. ¿Por qué ocurre esto? Pues el conflicto entre Rusia y Ucrania hizo que el alimento subiera de precio y la tonelada, hasta marzo pasado, pasó de $576 a $1794.
Este desfase, presiona a las exportadoras, pues no están seguros si distribuirlo al mercado nacional o enviarlo a sus compradores tradicionales en el exterior. En este 2022, apenas habrá 82 mil toneladas disponibles para la exportación. Esto significa, una disminución del 104% con relación a lo exportado el año pasado.
Hasta abril pasado ya se enviaron más de 56 mil toneladas a ocho países, por lo que los cultivadores tienen el reto de garantizar el abastecimiento a los ecuatorianos.
Para no generar un desabastecimiento en nuestro país, uno de los gremios que aglutina a productores e industriales, informó que priorizará el mercado nacional.
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