La presencia de curiosos en lo que es considerada como la escena de un hecho delictivo o crimen, no solo altera las evidencias, sino que además, limita el trabajo del personal técnico especializado de Criminalística.
Según el jefe de esta unidad especializada de la Policía Nacional, Cptn. Luis Merino, las víctimas de robos o asaltos, muchas veces de manera inconsciente, borran las huellas dactilares que los delincuentes dejan tras el cometimiento del delito.
“Cuando se registra algún hecho delictivo como robos, asaltos o secuestros, los perjudicados deben llamar a la Policía, en este caso a los aseguradores de las huellas o rastros que quedan en la escena”, indicó el uniformado, resaltando que comúnmente se hace todo lo contrario, pues los afectados manipulan la escena, buscando si queda alguna de sus pertenencias.
“Muchas veces en los locales comerciales los asaltantes anduvieron en las vitrinas o en la caja registradora. Esas escenas hay que protegerlas, no hay que tocarlas, para que con el levantamiento de las huellas dactilares se pueda identificar a los responsables del cometimiento del delito”, expresó.
Para que los agentes puedan levantar las huellas dactilares, usan tecnología de punta y con la debida cadena de custodia, llevan esas evidencias hasta la Unidad de Criminalística en Guayaquil. Es ahí donde se realiza un procedimiento técnico y se logra identificar a los protagonistas del asalto, robo o secuestro.
Sin embargo, el capitán Merino menciona que muchas veces todo ese trabajo, tiempo y recursos, es en vano debido a que encuentran las huellas de las víctimas, que, por su desconocimiento, manipularon la escena.
Lo mismo ocurre cuando se trata de investigar un crimen. Las escenas no tienen un rango establecido, pues varían dependiendo de las circunstancias en que se registró la muerte violenta.
En ese sentido, la manipulación de casquillos o armas de fuego que son evidencias fehacientes en el caso, podría generar que una persona, ajena al delito, se vea involucrada en un proceso investigativo.
Por ello el oficial recomienda que cuando se registre un hecho de esa naturaleza, los curiosos no alteren la escena, no la contaminen y tampoco hurten cualquier tipo de evidencia, por muy insignificante que parezca.
Este tipo de imprudencias, en algunos casos, ha hecho que los delitos no serán resueltos.
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