En una playa remota del noroeste de Tasmania, ubicada en una isla en el sur de Australia, un total de 157 ballenas quedaron varadas.

La noticia la dieron a conocer las autoridades locales, quienes informaron que algunas ya han muerto y a otras serán sacrificadas debido al sufrimiento que están padeciendo en la playa.

Los equipos formados por veterinarios, expertos en animales salvajes y conservacionistas marinos realizaron varios intentos por salvar a unas 90 ballenas, pero debido a las condiciones climáticas desfavorables, los esfuerzos fueron en vano.

«Todas las ballenas que quedan vivas serán sacrificadas. Cuanto más tiempo estén varados estos animales, más sufrirán. Todas las opciones alternativas han resultado infructuosas. La eutanasia siempre es el último recurso», indicó el biólogo, Kris Carlyon.

Algunos expertos manejan la hipótesis de que en estos casos la posibilidad de que las ballenas acudan al litoral atraídas por los sonares de grandes buques o guiadas por un cabeza de grupo desorientado a raíz de sufrir una enfermedad. Además, creen que son animales sociales y que si uno de ellos comete un error y se introduce en aguas poco profundas, el resto le sigue.

Tasmania es un estado insular de Australia, remoto y salvaje, poco habitado y hasta cierto punto olvidado por estar separado del territorio continental.

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